martes, 5 de agosto de 2014

Que fácil parecía olvidar(te)

A veces consigue escapar de su sonrisa, pero no cree que con eso sea suficiente.
A veces consigue de dejar de recordar en color sepia -como en las películas- esos momentos que a ojos ajenos pudieron ser insignificantes.
A veces consigue dejar de pensar en ella cuando suena una canción o cuando otra lleva el mismo vestido - rojo, atado al cuello y de vuelo-. Cuando él la levantaba en brazos sentía que era el mismo el que volaba
En ocasiones es capaz de dejar de verse con ella en lugares que recogieron parte de su historia; algunos dicen que fue breve, otros que no tanto... Pero si en algo coinciden quienes la siguieron, es que fue intensa.

Y otras muchas veces, más que todas las anteriores juntas, intenta autoconvencerse de que a lo mejor no fue para tanto, que quizás todo lo que recuerda lo exagera el deseo de tener a alguien en quien apoyarse.
Y muy pocas ocasiones son las que le dan la razón... Sigue imaginando su sonrisa en boca de otras, pero no encuentra en ellas la tranquilidad que la suya inspiraba. Los momentos no se desgastan con el tiempo como pasa con las fotos cuando las miras demasiadas veces. Sigue perdiendo el sentido cuando suena esa canción y se la imagina a ella con ese vestido rojo mientras baila, aunque ya no siente que vuela, sino que se hunde en la tristeza.
Tampoco él sabe si su historia fue corta o no. Pero coincide en que fue intensa, porque reconoce que, insconcientemente, siempre termina sentado en alguno de esos lugares donde todavía quedan restos de sus promesas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario