lunes, 21 de diciembre de 2015

He aprendido

He aprendido a valorar el detalle, las cosas pequeñas e incluso las diminutas. He aprendido que es tan importante romper a reir como a llorar, todos los sentimientos tienen derecho a ser expresados por igual. He aprendido que la felicidad compartida te hincha tanto el corazón que hasta puede doler por el miedo a que un día se rompa. He aprendido que todo dulce debe ser equilibrado con algo salado, incluso una lágrima solitaria, sea el motivo que sea... dicen que limpian el alma y arrastran consigo el miedo. He aprendido que los días son oportunidades, escalones que sin ver el futuro, te permiten construir un presente que queramos alargar más allá de lo permitido.
Las palabras son muy importantes, pero he comprendido lo mucho que puede esconder un silencio entre dos personas que comparten vida a través de los ojos, mostrándose el alma desnuda.
Gracias.
Sí, a tí. Por enseñarme y hacerme cómplice de esas pequeñas cosas que para verlas simplemente necesitamos el empujón de aquellas personas que creyeron que merecía la pena conocernos.