martes, 28 de mayo de 2013

Ya no somos uno solo, sino dos almas separadas.

Estoy en el cine, última fila. Pero esta vez el no está conmigo para abrazarme y rozar con sus dedos la comisura de mis labios ni colocarme bien mechones rebeldes de mi pelo. Estoy sola, todo ha terminado. Sinceramente, no se que hago aquí, hundiendo aun más el dedo en la herida, haciendo más profundo el dolor que me oprime el pecho. No he sido yo, el subconsciente me ha traído hasta aquí sin dejarme escapatoria.
Me obliga a recordar, a acordarme de como entrelazaba sus manos con las mías, de como observaba mis labios con picardía para besarlos después con una ternura que ya no sentiré. Me veo entonces sumida en un torbellino de recuerdos, en un mar inmenso en el que me veo rodeada de todos aquellos recuerdos que me trae esa última fila, de los asientos centrales de sala 9. Recuerdo entonces como compartíamos miradas, sonrisas, lágrimas de felicidad, deseos de no vernos separados nunca.
Pero ahora todo ha cambiado. Las miradas dejaron de bastar, entenderse ya no era algo fácil.
Es ahora cuando solo quedan recuerdos de lo que una vez fuimos en todos aquellos lugares que visitamos, donde esperábamos en una cafetería a que nuestros cafés dejaran de arder para entrar en calor tras una tarde de invierno, donde paseábamos una y otra vez compartiendo sueños o ilusiones de un futuro que no ha llegado ni posiblemente llegará.
Pero todo eso ya acabó, el amor ha dejado paso al dolor, a un agujero en el pecho que se hace más y más grande cada vez, a unas lágrimas que caen en la almohada todas las noches en las recuerdo lo que fuimos e intento imaginar lo que podríamos haber sido tu y yo si no fuéramos tu y yo.

jueves, 16 de mayo de 2013

¿Princesa? No,gracias.

A cada tres frases se lee la palabra 'princesa' y chicas deseando ser llamadas así. Mi pregunta es, ¿De qué os sirve si luego no os tratan como merecéis? ¿De verdad queréis ser tratadas como princesas? Ellas siempre han estado sometidas a obligaciones, protocolos y todo tipo de prohibiciones. Jamás una princesa ha sido completamente libre, es más, solo en historias de cuentos de hadas ha conseguido al chico que querían, ese ÉL perfecto, el modelo a seguir. Vosotras en cambio queréis todo, la libertad y el amor; decís querer ser tratadas como princesas cuando lo que en realidad queréis es ser tratadas como cualquier chica merece. No hace falta ningún título, si alguien no es capaz de saber como cuidarte, como mantenerse a tu lado, esa persona no te merece.
Yo no quiero que me llamen princesa cuando no lo soy, no necesito que nadie me regale los oídos con falsas promesas para luego dejarme en la estacada, porque las promesas están para cumplirlas.
Busca a alguien que te demuestre que vale para quererte, que ha aprendido a valorarte, a cuidarte. Busca a alguien con quien compartir momentos, sonrisas, carcajadas, que no hagan palabras. Muchas veces las miradas demostraron sentimientos que las palabras fueron incapaces de expresar