miércoles, 22 de enero de 2014

Que lo real supere siempre a la ficción

Los libros y películas cuentan historias, encierran personajes, encierran sentimientos y vidas entrelazadas.

Cuando leemos un libro o vemos una película, creemos que si seguimos el mismo guión conseguiremos aquello que anhelamos. Pero no tenemos en cuenta que la ficción no esta hecha para el mundo real, para el día a día...
Es cuando sin darte cuenta te dejas llevar por la sociedad, por las guías que siguen ciertas personas y que de pronto todos empezamos a seguir  como si descarrilar fuera una falta grave. Los chicos van al gimnasio para alcanzar el nivel que las chicas ven en las películas, y ellas siguen estrictas dietas para llegar al ideal en el que los chicos se fijan.
Tejemos nuestra vida en torno a "modas" que solo miran por lo de fuera, por la coraza... Si tanto habla la gente de que lo importante es el interior ¿ Por qué no se habla de buscar una felicidad? ¿Por qué no se habla de intentar transmitir empatía sin que importe como vistes o qué color de ojos tienes?
¿Por qué importa más la talla que uses que el tamaño del corazón? ¿ Por qué es más bonita una XS en una camiseta que una XL de corazón?

viernes, 3 de enero de 2014

Fotogramas

Ojalá toda nuestra vida quedará archivada en fotogramas.

Vivimos siempre rápido, con agobios, estrés... Tanto, que cuando ocurre algo que merece la pena recordar o vivir intensamente, lo pasamos de largo.

Vivimos a grandes rasgos, a pinceladas, como si nuestra vida se resumiera a un gran esquema y solo nos pararamos en los puntos generales, dejando escapar pequeños pero importantes detalles.

Vivimos perdiendo tiempo recordando el pasado e intentando imaginar y planear nuestro futuro dejando pasar el presente a la velocidad de un ave.

El tiempo pasa ante nosotros y solo somos capaces de apreciarlo cuando ya no es más que un recuerdo.

Cuando queremos darnos cuenta de las cosas, ya es tarde, ya no podemos cambiarlas. Pero es que hemos vivido esos ratos tan superficialemente, que los pequeños detalles se nos escapan, y lo único que sabemos hacer entonces es reprocharnos el no haberlo hecho mejor, el que si hubieramos actuado de otra forma las cosas serían diferentes.

Lo malo es que nunca aprendemos, seguimos chocando con la misma pared, tropezando con el mismo bordillo.
Ya que no rectificamos, sería bonito guardar nuestra vida en fotogramas, asi un día echaríamos la vista atrás y podríamos descubrir que estamos hechos de nuestras decisiones y que los pequeños detalles son los que marcan la diferencia.