jueves, 17 de julio de 2014

Nunca he sido de terceras personas

Dices que quieres que solo seamos tu, yo y el presente. Y entonces yo te pregunto ¿Qué pinta aquí el presente? ¿Por qué tenemos que catalogar lo que vivimos?
Y es que, simplemente, contar con un pasado, presente o futuro, me parece innecesario, una forma inútil de preocuparse por algo tan difuso como es el tiempo. Resumiendo, está de más aquí.
Verás, yo nunca he sido de terceras personas, no me gustan las multitudes, y creo que el tiempo también cuenta como tal. ¿No crees que es mucho mejor centrarse en el tu y yo? ¿No merece más la pena llegar a fusionarlo en un simple Nosotros?
Vámonos a cometer locuras y que le jodan al presente y todo lo que trae consigo. Vamos a bañarnos desnudos al mar, coge tu mochila y vayámonos a cualquier lugar a hacerlo nuestro paraiso secreto. Vamos a llamar a todos los timbres, a tirarnos en paracaídas sin pensarlo dos veces. Alquilemos un yate que nos lleve a una isla para hacerla nuestra. Dame un primer beso, y un segundo, y todos los que vengan, te dejo que los acompañes con caricias.
En realidad soy capaz de hacer cualquier cosa que me propongas, sabes que por ti sería tan idiota de dar mi alma al mismísimo diablo. Prometo hacerlo, pero con una única condición, que no pienses nunca en que tiempo de verbo estamos viviendo.


«Yo no sé nada del amor, pero si me parara la policía, diría que toda la droga es mía» Irene X, El sexo de la risa.

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