viernes, 19 de septiembre de 2014

Tormenta

Se avecina en tormenta, acompañada de un huracán que va a volcarme la vida patas arriba y lleva tu nombre.
Dicen que tus manos vienen a enredarse en mi pelo,
que vas a clavarme besos como cuchillos en el cuello.
Que si dejo que vengas, cuando decidas marcharte, me dejarás cicatrices y una opresión de pecho,
dolor en las costillas.
Que yo no tengo el corazón acorazado, ni preparado para tan fuertes rachas de viento que dicen que provocas, pero sé a ciencia cierta que la curiosidad no va a jugar a mi favor.

Quizás debería salir corriendo, evitar todo peligro, dicen que es mejor prevenir que curar.
Y es que tú eres de esas tormentas con alto riesgo de provocar una explosión de mariposas mezcladas con dolor en mi interior.

Solo hay un problema.
Siempre me han gustado demasiado las tormentas y tus ojos me están atrapando como una de ellas. Podría escapar, es cierto, pero no estoy segura de querer hacerlo.
Tus ojos siempre han sido mi color favorito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario