viernes, 4 de mayo de 2012

 Días de menta y canela.
No todos los dias son iguales, ni todos los días soy la misma ni necesito las mismas cosas. Lo sé, puede sonar egoista y caprichoso, pero es así.

Hay días en los cuales no necesito nada, me he levantado con el pie correcto y todo esta bien. Estoy bien con el mundo en general y con todo lo que ocurre a mi alrededor. Me rio de manera escandalosa y continua, reboso felicidad por cada poro de mi cuerpo y no importa nada, porque soy realmente feliz.

Pero también hay dias en que necesito estar sola, evadirme y no pensar en nada. Aislarme del mundo exterior para volver a mi mundo particular y reordenar y arreglar los problemas causados y guardados durante mucho tiempo para no explotar que nadie tenga que ver que algo ha ocurrido. Para eso tengo una gran fachada: una sonrisa no diferente a la habitual, la cual esconde tristeza y anhelo por recuperar aquellos días en los que solo soy capaz de recordar lo mucho que me reí y lo que disfruté de aquellos momentos. 

Y es que hay veces, que nadie puede ayudarte porque solo tú tienes la llave y al contraseña de la caja fuerte que te transporta hasta tu propio mundo, frecuentemente situado bajo el corazón.

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